Nacida en Alemania, Gerda Meyer Bernstein sobrevivió a la"Noche de los Cristales" - la Noche de los cristales rotos - y más tarde fue enviada de Alemania en el último "Kindertransport",para escapar de la ocupación nazi en 1940. Se las arregló para llegar a Estados Unidos a través de Inglaterra en 1940, sin su familia.
Fuertemente influenciada por los acontecimientos de su juventud, el arte de Bernstein se enfrenta a la injusticia social, los prejuicios y las cuestiones culturales de nuestra historia actual. Sus obras, a menudo a gran escala, las instalaciones, son difíciles de ver. Bernstein cree que el arte tiene el poder de cambiar la sociedad. Como ella dice, "quiero que mi trabajo provoque la reflexión y el debate en el espectador, así como una respuesta emocional. No importa cuán penosa pueda ser la verdad, se le debe dar una voz."
La obra de Bernstein se ocupa de muchos temas, incluyendo el Holocausto, la violación, la guerra, la memoria y los derechos civiles. En ella, la indignación moral es equilibrada por la obligación moral, que nos recuerda que todo el mundo tiene responsabilidad en la creación de la historia humana colectiva.
Gerda Meyer Bernstein estudió en la Escuela del Art Institute de Chicago en la década de 1950, regresó a su maestría en 1975.Ella fue miembro fundador de la Galería de ARC. Su trabajo ha sido la base para los programas educativos sobre el Holocausto, ya que ha viajado nacional e internacionalmente.
De sus tantas obras, la seleccionada fue "Shrine" o "Santuario" (1991). Santuario evoca el ambiente de los vagones utilizados por los nazis para transportar a sus víctimas a los campos de concentración. El espectador entra por primera vez a un lugar oscuro,un espacio pequeño, claustrofóbico con la paja en el suelo y una sola bombilla suspendida de un cordón negro. Dos puertas de madera gastada, cubiertos con docenas de kipás utilizados, reducir la entrada de un segundo espacio, que constituye el núcleo del Santuario. A través de las puertas, el espectador ve una gran sala,estrecha sin salida, sólo una foto ampliada de un crematorio en la pared del fondo, y un arco con tres velas encendidas conmemorativas en el suelo.
En la sala principal del Santuario, el espectador experimenta el olor de la paja que cubre el suelo, el sonido que hace la paja bajo sus pies, y una sensación general de claustrofobia. En la pared izquierda, las fotos de los crematorios se intercalan con fotos de los árboles que sirven como signos de esperanza desesperada. La pared de la derecha está cubierta con fotos de Rudolph Höss, el comandante de Auschwitz, tristemente célebre, que fue juzgado y declarado culpable por el tribunal nacional de Varsovia, y ejecutado el 16 de abril de 1947. El sentido del espectador de la inmediatez y la urgencia se acrecienta con alambre de púas encadenado de piso a techo en las paredes izquierda y derecha.
Cuando el espectador da unos pasos más en la instalación, él o ella se da cuenta de que en la foto grande del crematorio hay velas y flores que dejan los visitantes de todo el mundo como testimonios de la esperanza y la continuidad.
Yo no considero a Santuario sin esperanza. La exposición de la realidad del Holocausto es un medio importante de la curación.
- Gerda Meyer Bernstein
Habiendo visto está obra, vino a mi mente, una obra Argentina que se dio en el contexto de la muestra realizada en MUNTREF "Ejercicios de memoria" (2006), en la cual, en la sala del subsuelo, se encontraba una instalación, no recuerdo el nombre del artista (ni de la obra), que emulaba la experiencia de los secuestrados en la dictadura argentina. El espectador bajaba por una escalera, a un lugar iluminado con luz negra, y tenía que atravesar un laberinto de paredes de tela blanca, todas manchadas. http://www.untref.edu.ar/muntref/juanmeleantonioasis
Según David Rokeby, en su artículo "Espejos transformantes: subjetividad y control en los medios interactivos", hay modelos diferentes de interacción con una instalación: esta en particular con la que estamos trabajando, pertenece al grupo de "estructuras navegables", dado que el espectador, tiene que recorrerla, el mismo artista juega con el espacio de donde se muestra la obra. El público al tener que "entrar", estar dentro de ella, puede obtener diferentes puntos de vista. En "Santuario", la artista evoca a la sensación de miedo, de temor, de encarcelamiento, ese sentimiento que tenían los prisioneros que llevaba el tren. Trata de poder pasar ese sentimiento al público que viene a ver la obra.
Fuertemente influenciada por los acontecimientos de su juventud, el arte de Bernstein se enfrenta a la injusticia social, los prejuicios y las cuestiones culturales de nuestra historia actual. Sus obras, a menudo a gran escala, las instalaciones, son difíciles de ver. Bernstein cree que el arte tiene el poder de cambiar la sociedad. Como ella dice, "quiero que mi trabajo provoque la reflexión y el debate en el espectador, así como una respuesta emocional. No importa cuán penosa pueda ser la verdad, se le debe dar una voz."
La obra de Bernstein se ocupa de muchos temas, incluyendo el Holocausto, la violación, la guerra, la memoria y los derechos civiles. En ella, la indignación moral es equilibrada por la obligación moral, que nos recuerda que todo el mundo tiene responsabilidad en la creación de la historia humana colectiva.
Gerda Meyer Bernstein estudió en la Escuela del Art Institute de Chicago en la década de 1950, regresó a su maestría en 1975.Ella fue miembro fundador de la Galería de ARC. Su trabajo ha sido la base para los programas educativos sobre el Holocausto, ya que ha viajado nacional e internacionalmente.
De sus tantas obras, la seleccionada fue "Shrine" o "Santuario" (1991). Santuario evoca el ambiente de los vagones utilizados por los nazis para transportar a sus víctimas a los campos de concentración. El espectador entra por primera vez a un lugar oscuro,un espacio pequeño, claustrofóbico con la paja en el suelo y una sola bombilla suspendida de un cordón negro. Dos puertas de madera gastada, cubiertos con docenas de kipás utilizados, reducir la entrada de un segundo espacio, que constituye el núcleo del Santuario. A través de las puertas, el espectador ve una gran sala,estrecha sin salida, sólo una foto ampliada de un crematorio en la pared del fondo, y un arco con tres velas encendidas conmemorativas en el suelo.
En la sala principal del Santuario, el espectador experimenta el olor de la paja que cubre el suelo, el sonido que hace la paja bajo sus pies, y una sensación general de claustrofobia. En la pared izquierda, las fotos de los crematorios se intercalan con fotos de los árboles que sirven como signos de esperanza desesperada. La pared de la derecha está cubierta con fotos de Rudolph Höss, el comandante de Auschwitz, tristemente célebre, que fue juzgado y declarado culpable por el tribunal nacional de Varsovia, y ejecutado el 16 de abril de 1947. El sentido del espectador de la inmediatez y la urgencia se acrecienta con alambre de púas encadenado de piso a techo en las paredes izquierda y derecha.
Cuando el espectador da unos pasos más en la instalación, él o ella se da cuenta de que en la foto grande del crematorio hay velas y flores que dejan los visitantes de todo el mundo como testimonios de la esperanza y la continuidad.
Yo no considero a Santuario sin esperanza. La exposición de la realidad del Holocausto es un medio importante de la curación.
- Gerda Meyer Bernstein
Habiendo visto está obra, vino a mi mente, una obra Argentina que se dio en el contexto de la muestra realizada en MUNTREF "Ejercicios de memoria" (2006), en la cual, en la sala del subsuelo, se encontraba una instalación, no recuerdo el nombre del artista (ni de la obra), que emulaba la experiencia de los secuestrados en la dictadura argentina. El espectador bajaba por una escalera, a un lugar iluminado con luz negra, y tenía que atravesar un laberinto de paredes de tela blanca, todas manchadas. http://www.untref.edu.ar/muntref/juanmeleantonioasis
Según David Rokeby, en su artículo "Espejos transformantes: subjetividad y control en los medios interactivos", hay modelos diferentes de interacción con una instalación: esta en particular con la que estamos trabajando, pertenece al grupo de "estructuras navegables", dado que el espectador, tiene que recorrerla, el mismo artista juega con el espacio de donde se muestra la obra. El público al tener que "entrar", estar dentro de ella, puede obtener diferentes puntos de vista. En "Santuario", la artista evoca a la sensación de miedo, de temor, de encarcelamiento, ese sentimiento que tenían los prisioneros que llevaba el tren. Trata de poder pasar ese sentimiento al público que viene a ver la obra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario